Cuando las dificultades se centran en la Pareja, por conflictos personales o relacionales, la meta del trabajo terapéutico será promover la aceptación y tolerancia de las diferentes necesidades de cada miembro, así como desarrollar las competencias que promuevan una relación de intimidad segura y estable. Es frecuente que sólo uno quiera pedir ayuda y el otro desconfíe de la misma, pero esto no suele ser un problema, sino un reto para resolver la situación de forma adecuada desde la autonomía y la motivación personal.
A veces, cuando la mejor opción es la ruptura, la terapia o la mediación puede ser útil en el proceso de reparación y de adaptación ante la nueva situación, potenciando la confianza y la seguridad necesarias para continuar con tu vida con éxito.
Dificultades más frecuentes:
•Pérdida de confianza y de seguridad en la pareja
•Dificultades derivadas de la rutina cotidiana
•Problemas de comunicación
•Conflictos frente a la educación de los hijos
•Problemas irresolubles con las familias de origen
No debemos olvidar que existen otras situaciones especiales, por el grado de incidencia y por la problematicidad que generan, en las que podemos ayudarte sin barreras, se trata de:
•Parejas del mismo sexo.
•Parejas que son golpeadas por una enfermedad.
•Parejas con una relación de desigualdad y violencia.